GRATITUD

"¡Oh!, aquí huele bien". El Lobo Estepario (1927) Herman Hesse Nueva York, abril 9 de 1946 Apreciado Herman. Nuestro amado lobo murió hace un mes. Hasta ahora vengo a tener la fuerza suficiente para escribirte al respecto. Harry se fue apagando lentamente en su cama; su respiración pausada se hizo cada vez más lenta, hasta que cesó. Se fue en un acto de meditación, mientras encaraba a sus múltiples yo, a quienes encauzó, sin titubeos, con la paz que da la perspectiva de una jornada larga, al otro lado del borde que tanto había visitado. Es increíble la transformación que puede ocurrir en un hombre. El saber lo ahogaba en ansiedad. El aceptar no saber salvó su alma, le permitió morir en paz. A pesar de su terco pesimismo, no se lo llevó la navaja de afeitar, ni un tiro, ni alguna sustancia, más efectiva que aquellas a las que sobrevivió; fue el tiempo el que lo reclamó. Estos últimos días puedo recordarlo sin ahogarme en llanto. Poco a poco voy rec...