PLATILLO

 


Tu rostro pálido y escarchado tiene el gesto de un grito suspendido: tu última maldición. Un gesto semejante al que tuve cuando descubrí, después de semanas, tu cabeza mezclada con los perniles, las costillas y el tocino. ¿Para qué sirve esa parte?  Los tolimenses la usan en la lechona, tienen por tradición, humillar a la víctima.  Creo que eso haré, Jairo. No serás pedazos de garra en los frijoles. Más bien, pondré una manzana en el lugar que usaste para maldecirme tantos años.

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