PROFUNDAMENTE


 


Fue fácil asegurar al viejo.  Disfruté la técnica sin dolor.  Documentos en orden.  Luego un poco de trabajo duro.  Dos metros de profundidad, es decir, cinco toneladas de tierra, afortunadamente no muy húmeda.  Buen clima el que ha hecho esto días.  Mil paladas durante tres horas, casi sin descanso.  Cincuenta kilos tirados al hoyo, ¡qué flaco estaba el pobre!  De broche, el detestable gato.  Todo fue tapado con esmero y después me preparo una limonada bien fría para celebrar.

¿Cómo es que ahora tocan y arañan la puerta?

Entradas populares de este blog

ELEGANCIA

LA MANO QUE CURA