EN CANTO
Llegó al escenario del bar en su silla de ruedas. Los asistentes la ignorábamos mientras le acomodaban el micrófono. Su cabello largo y azulado reflejaba la luz con figuras juguetonas en las paredes. Su voz, aguda y entonada, cerró la boca de los que hablaban y orientó las orejas de todos hacia ella. Desde la mesa donde yo estaba, vi la punta de su aleta bajo la manta que al principio pensé cubría sus piernas. Ya la oíamos. Estábamos perdidos.