EL GRAN CONFLICTO EN VERSIÓN PARA JUAN. PARTE II


Después de terminado el conflicto vinieron unos años muy duros para don Jorge y sus trabajadores.  Además del hambre y las enfermedades, estaban desmoralizados, sentían que habían abusado de ellos en el acuerdo.  Todo esto los llenaba de odio, en especial contra don Felipe, que se comportaba vengativo, llegando hasta apropiarse de una zona muy fértil de la Alemana.  Era como si el destino hubiera condenado a la miseria a su finca mientras los demás disfrutaban sus riquezas.

Como parte de las condiciones del acuerdo don Jorge tenía que pagar los perjuicios de la Francia y la Inglesa lo que hacía que no le quedara mucho dinero para el pago a sus trabajadores.  Tampoco podía fabricar ni comprar armas.  Sin embargo, ya cansados de la dura carga que los vecinos le habían impuesto, tiempo después don Jorge se negó a continuar pagando la deuda y empezó con mucha discreción a fabricar y a comprar armas.  Don Felipe alarmado se quejó con los vecinos del incumplimiento de don Jorge, pero estos le decían que estuviera tranquilo que era una situación de esperarse luego de los costos desproporcionados que se le habían impuesto a la Alemana.  Don Óliver tampoco estaba de acuerdo con los incumplimientos de de Jorge pero nadie hacía nada para obligarlo a cumplir lo pactado.  En el ambiente del vecindario existía el temor de volver a un conflicto como el que habían acabado de tener.  Nadie quería volver a vivir ese infierno, excepto el humillado don Jorge.

Algunos años después de terminado el conflicto, don Jorge se sintió con fuerzas para devolver el golpe a sus enemigos. Tenía un plan ambicioso y sorprendente que nadie en el vecindario se le ocurriría que fuera posible poner en acción.  Además estaba alentado por el comportamiento de don Antonio que desde hacía un tiempo había empezado a expandirse hacia el sur sobre unos terrenos de gente muy pobre que parecía no importarle a nadie.  Si don Antonio podía hacer esto ¿don Jorge por qué no?

Parte del plan de don Jorge era evitar un nuevo conflicto con los trabajadores de la Rusa.  Se hizo muy amigo de don Están que era el nuevo líder después del destierro de don Alejandro y lo convenció de que lo apoyara, o por lo menos no lo atacara, en caso de que moviera sus trabajadores para recuperar la Polonesa.  Don Están estuvo de acuerdo y le pareció a penas natural que don Jorge quisiera recuperar una finca que le había sido injustamente arrebatada.  Don Jorge además asoció su finca con la de uno de los mellizos, don Pedro, quien también se hizo muy amigo y que se había separado de su hermano José.  Don Pedro apoyaba todos los planes de don Jorge con sus hombres y con recursos que hacían a su sociedad más fuerte cada día.

Ya con algo de fuerzas y con poderosos amigos, don Jorge decidió mover a sus trabajadores tomarse la Polonesa por la fuerza.  Esto para don Felipe y don Óliver era la gota que rebosaba el vaso. Ellos habían hecho esfuerzos por no volver a pelear con sus vecinos, pero no podían permitir que don Jorge hiciera lo que quisiera sin consecuencias, por lo que se declararon de nuevo en conflicto con la Alemana.  Sin embargo don Jorge estaba preparado para esta situación y movió rápido a sus hombres y se tomó la Francia en muy pocos días.  También lo intentó con la Inglesa pero esta se salvó por poco debido a que sus límites estaban mejor custodiados.

Todos en el vecindario estaban asombrados e intimidados con lo que había hecho don Jorge: en unos pocos días había recuperado la Polonesa y se había tomado la Francia.  Don Están miraba para otro lado como si nada estuviera pasando.  El tamaño de la Alemana ahora era gigantesco. Sin embargo, y a pesar del empeño que se ponía, los trabajadores de la Alemana no lograban avances en la Inglesa. Don Jorge pensó que era cuestión de tiempo.  Estaba muy contento de lo logrado por la velocidad y eficiencia con que se comportaban sus hombres por lo que dio su asombroso siguiente paso.

Don Jorge dejó de insistir en los linderos de la Inglesa y rápidamente envió sus hombres al otro lado de sus linderos, a la Polonesa. Don Están en un comienzo no creyó las advertencias de que una invasión a la Rusa estaba siendo puesta en marcha por su amigo don Jorge. Sin embargo este era el sueño secreto mejor guardado de don Jorge por que si lo lograba, tendría garantizado todo su poder en el vecindario. La invasión de los trabajadores de la Alemana a la Rusa comenzó en pocos días, sin embargo, los trabajadores de don Están defendieron con sus vidas la propiedad y a pesar de que los hombres de don Jorge luchaban y luchaban no podían tomarse la Rusa. De hecho no pudieron y el costo de este fracaso con la Rusa generó que don Jorge no estuviera lo suficientemente preparado para lo que venía.

Mientras don Jorge estaba concentrado tratando de tomarse la Rusa, el viejo amigo de don Felipe y Óliver, don David, otra vez había salido en ayuda de sus amigos mandando un gigantesco refuerzo para detener de nuevo a don Jorge. Don Jorge también tenía un amigo lejano llamado el Nipón pero no le fue bien con el apoyo que intentó hacer y puede decirse que fue aplastado por las fuerzas de don David en el extranjero. Los refuerzos de don David entraron al vecindario por los linderos de Francia y la Romana. Hubo luchas sangrientas, muchos trabajadores murieron pero don Jorge no pudo con el giro que le dio el conflicto. Los Rusos al ver que llegaban los hombres de don David, cogieron fuerzas e hicieron retroceder a los hombres de don Jorge que estaban dentro de sus linderos y los persiguieron hasta la casa principal que destruyeron completamente. En pocos días don Jorge estaba nuevamente vencido. Tubo que devolver todo lo que se había tomado y concentrarse por varios años a pagar todos los daños que había generado en el vecindario. Su frustración fue tan alta que cuentan que se pegó un tiro. La Francia, la Inglesa y la Rusa se recuperaron prontamente a pesar de las numerosas pérdidas en vidas de sus trabajadores.

El conflicto que habían comenzado los codiciosos mellizos, que había sumido a la Alemana en la humillación, terminaba ahora con un saldo de 700 trabajadores muertos y más de 1000 heridos. Nunca se había vivido un conflicto tan grande en el vecindario y los horrores que se vivieron quedaron en la mente de todos para siempre. Hay secretos sobre atrocidades que son imposibles de creer y que se convierten en lecciones para las generaciones futuras. La guerra es un monstruo que es mejor dejar dormido.

Hasta estos días no se ha oído de nuevos conflictos en el vecindario. Los nuevos dueños de la Alemana pagaron todas sus deudas y asombrosamente viven muy bien ahora a pesar de los fuertes daños que sufrieron con el conflicto. Todo el vecindario está en calma y goza de bienestar, aunque de vez en cuando aparecen amenazas a la tranquilidad de esas sufridas tierras. Del oportuno y buen amigo don David se dice que vive muy bien aunque se dedica a alborotar la vida en otros vecindarios.

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